FSC-CCOO Sector Administración General del Estado | 15 enero 2025.

Los Derechos no son humanos sin las mujeres: 8 de marzo, paramos por la Igualdad

    La Sección Sindical Estatal de Economía y Hacienda manifestamos nuestro apoyo, nuestro compromiso y nuestra participación en los paros laborales convocados por CCOO para la jornada del 8 de marzo, Día internacional de la Mujer, así como en los actos y movilizaciones organizados por las Asociaciones Feministas que integran la Comisión 8M en las principales ciudades de España.

    05/03/2018.
    “Porque todos somos hijos de hombre y mujer y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser”. Clara Campoamor

    “Porque todos somos hijos de hombre y mujer y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser”. Clara Campoamor

    El elevado porcentaje de temporalidad en la contratación de las mujeres, cuando no de desempleo, además de una tasa de parcialidad que triplica a la de los hombres, y a la que muchas mujeres se ven avocadas para poderse hacer cargo del cuidado de familiares, se constatan como condiciones estructurales que deterioran su nivel salarial y generan una segmentación laboral que se traduce en la brecha salarial de género, estimada en una media del 30%. Brecha de género que también viene explicada por otros factores, como los complementos salariales, que se adjudican principalmente en base a elementos considerados típicamente masculinos, como pueda ser la penosidad vinculada a un puesto de trabajo o la disponibilidad horaria. A ello se añade que, paradójicamente, las empresas que en la actualidad cumplen con lo dispuesto y regulado por la Ley Orgánica 3/2007, para la Igualdad efectiva entre mujeres y hombres, una ley pionera en esta materia y de clara proyección progresista, no llegan si quiera al 12% tras haberse ya cumplido más de 10 años desde su aprobación. Esto no es ni más ni menos que la condena a la desigualdad, a la discriminación y a la pobreza laboral de las mujeres respecto a los hombres.

    Desigualdad, discriminación también producida por las violencias machistas en sus diversas manifestaciones, destacando significativamente entre ellas la violencia de género, una lacra social de una magnitud intolerable y que merece nuestra más absoluta repulsa. Solo en el 2017 fueron asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas 49 mujeres, dejando a su vez otras víctimas indirectas: 27 niños y niñas que quedaron huérfanos de madre a manos de sus propios padres. Pero esta violencia también produce víctimas vicarias, hijos e hijas asesinadas por sus padres (8 el año pasado) por el repugnante objetivo de hacer daño a sus madres. Y en medio de esta insoportable espiral, el Pacto Contra la Violencia de Género se aprueba con 213 medidas para luchar contra semejante vergüenza social, pero sin compromiso real del Gobierno hacia el mismo, puesto que actualmente sigue sin ser dotado presupuestariamente para su ejecución efectiva, lo que significa decir que “nace muerto”.

    Con esto comprobamos que éste es, sin duda, un país que cuenta con leyes que legislan en clave de Igualdad, de progreso y bienestar. Pero leyes que a fin de cuentas no se aplican por verdadera falta de voluntad política, que está asfixiando cualquier desarrollo de las mismas. No se puede esperar otra cosa de un Gobierno preocupado a partes iguales por imponer el neoliberalismo en sus medidas y por ocultar sus casos de corrupción.

    Todas estas violencias, toda estas formas de desigualdad, son manifestaciones de una cultura y una ideología del patriarcado que encuentra su refuerzo en la ideología neoliberal imperante, y que impregna todos y cada uno los ámbitos y estamentos sociales, el mundo laboral entre ellos.

    La Administración General del Estado no es ajena a este contexto general. Es un microcosmos en el que se reflejan estas realidades a distintas intensidades. Realidades que lógicamente se hacen también evidentes en el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, en el de Hacienda, en los Organismos Públicos de Investigación y en el Instituto Nacional de Estadística, de los que formamos parte.

    De manera periódica hemos venido denunciando en los Grupos Técnicos de esos organismos situaciones de acoso sexual, y acoso por razón de género, así como la falta de un protocolo de actuación ante estas situaciones que ha tenido como consecuencia dejar en condiciones de vulnerabilidad a personas que se han visto afectadas a lo largo del tiempo.

    No solo eso, la discriminación directa por razón de género también se ha manifestado en toda su amplitud. Aún no se ha resuelto en los tribunales la exclusión de una mujer que había obtenido un puesto de trabajo temporal tras superar un proceso selectivo, exclusión producida por el hecho biológico de haber sido madre recientemente y no poderse incorporar al mismo de manera inmediata. En pleno siglo XXI es un fracaso como sociedad que una mujer deba elegir entre su maternidad y desarrollarse profesionalmente.

    Pero también hemos denunciado el uso de viñetas sexistas en la formación de Diplomados Estadísticos del Estado, niveles altos de funcionarios con responsabilidad directa en la gestión de personal, a la vez que comprobamos permanentemente la persistencia de comportamientos y actitudes machistas, en algunos casos de elevada gravedad, tanto entre personal de distinto nivel jerárquico como entre personal de un mismo nivel, con consecuencias mínimas para los causantes de los mismos, y eso cuando se produce alguna consecuencia.

    Asimismo en nuestro ámbito no estamos tampoco al margen de la brecha salarial de género. Hay que superar el tópico de que en la Administración esa brecha no existe porque el acceso a la misma se produzca en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres. Hay que ampliar la perspectiva con la que nos aproximamos a la cuestión, ser capaz de atravesar la superficie. Por supuesto que existe brecha salarial de género en Economía, en Hacienda, en el INE… se oculta, como en otros sectores, en los complementos salariales. También en las productividades. Y en los puestos de libre designación que son los que cuentan con los salarios más altos y que son mayoritariamente ocupados por hombres. Pero también en la ausencia de corresponsabilidad entre hombres y mujeres en los cuidados familiares y que explica el porcentaje significativamente elevado de mujeres que se acogen a las reducciones de jornada para poder atender a menores o a familiares dependientes, cuando no a excedencias por idénticas causas. La repercusión negativa de estos factores se visibiliza necesariamente en sus salarios actuales, en su proyección y promoción profesional futura vinculada directamente también a las remuneraciones del mañana, entre ellas, las pensiones, y por tanto, en su propia independencia, dignidad, desarrollo personal y calidad de vida.

    La perspectiva aquí descrita nos impide la indiferencia y la inacción. Por ello, desde la Sección Sindical Estatal de Economía y Hacienda manifestamos nuestro apoyo, nuestro compromisoy nuestra participación en los paros laborales convocados por CCOO para la jornada del 8 de marzo, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER, así como en los actos y movilizaciones organizados por las Asociaciones Feministas que integran la Comisión 8M en las principales ciudades de España.

    De igual manera asumimos nuestra responsabilidad en el rechazo activo a todo tipo de violencia de género, en la lucha permanente contra toda forma de precarización laboral y contra la brecha salarial de género, factores todos ellos de desigualdad, de discriminación y empobrecimiento de una mitad de la población, la que conforman las mujeres, a las que se deniega los mismos derechos que a la otra mitad. Porque sin las mujeres los derechos no son humanos.

    “Porque todos somos hijos de hombre y mujer y recibimos por igual las dos partes de nuestro ser”. Clara Campoamor